miércoles, 6 de febrero de 2013

2013

Universidad de Belgrano.


Clima de Negocios.



El Índice registró un fuerte descenso durante 2012.

El Índice elaborado por la Escuela de Posgrado en Negocios de la Universidad de Belgrano, registró un comportamiento estable en el último trimestre de 2012. 
Sin embargo, en términos anuales mantuvo su variación negativa.

(Buenos Aires, febrero de 2013) 
El Índice de Clima de Negocios® (ICN) correspondiente al cuarto trimestre de 2012 mantuvo un comportamiento estable a nivel trimestral (0%) y registró una variación anual negativa del 8,8%, acumulando siete trimestres consecutivos de caída consecutiva. 
Por su parte, el Índice de Rentabilidad Empresaria (IRE) disminuyó un 0,4% respecto al tercer trimestre y un 2% respecto al año anterior, acumulando diez trimestres de caída consecutiva. A su vez, el Índice de Clima Esperado (ICE) disminuyó un 17,5% anualmente y obtuvo una suba del 2,8% respecto al tercer trimestre.

Perspectivas para 2013


Se espera para los próximos meses que la rentabilidad de las empresas registre un bajo crecimiento, como consecuencia de una leve recuperación de la actividad económica junto a un incremento de los precios, en línea con la evolución de los costos.
La incertidumbre se mantendrá elevada como consecuencia de las regulaciones a la economía, la alta inflación, la conflictividad laboral, la creciente debilidad institucional y el escenario electoral. En este contexto, se espera que durante el año el clima se mantenga en los bajos niveles actuales o se recupere levemente; y que no haya un crecimiento importante de la inversión.


Análisis coyuntural por Alberto Rubio, decano de la Escuela de Posgrado en Negocios de la Universidad de Belgrano.

El mantenimiento de una política económica inconsistente, donde los componentes monetarios del sistema crecen al 25-30 % y la actividad productiva lo hace a un promedio del 4-5%, genera deterioros lentos, acumulativos y profundos. Detrimentos estructurales serios que inevitablemente se ponen de manifiesto en el mediano y largo plazo.
El escenario vivido durante 2012 evolucionó según los lineamientos previstos por el Índice de Clima de Negocios. A fines de 2011 señalamos que las certezas del contexto político, sumado al conjunto de incertidumbres económicas, conformaban “un escenario en el cual la prudencia en la toma de decisiones de consumo y de inversión, es muy probable que lleven a la economía a un menor ritmo de crecimiento, se complique el financiamiento del sector público y, según evolucione el contexto internacional, se pongan en riesgo también los resultados del sector externo”.
Es bueno retomar varios aspectos señalados para 2012 porque sirven como síntesis de escenarios previsibles para este año. La imprecisión en los mecanismos para desmantelar el sistema de subsidios, el escaso consenso entorno a las próximas negociaciones salariales, el impacto actual de los costos laborales en moneda extranjera (especialmente para los sectores que producen bienes transables con el exterior) y un sistema productivo interno con escaso margen de capacidad ociosa para hacer frente a incentivos del consumo interno, son algunos de los factores objetivos que abonan el flanco de las incertidumbres que se repiten para este año.
A estos aspectos habría que agregar como sucesos destacados de 2012, la aparición de férreas restricciones para acceder y operar con el mercado de divisas, una mayor presión fiscal y los controles severos al comercio exterior.
El escenario más probable para este 2013 es el de un progresivo deterioro en la rentabilidad de las empresas y una elevada incertidumbre, que se mantendrá hasta que las autoridades definan el perfil que asumirá la política económica, especialmente en temas como inflación, tipo de cambio, esquema de financiamiento del sector público ante las expectativas de un mayor gasto -como corresponde a los años electorales- y un nivel aceptado de incrementos salariales.

A lo señalado anteriormente, se debe tener en cuenta las dudas respecto del impacto que tendrá la situación internacional en la economía local principalmente: 1) las decisiones de la Comunidad Europea respecto al problema del sobreendeudamiento de algunos de sus estados miembro; 2) el comportamiento de la actividad en los Estados Unidos y 3) la evolución del este asiático y su impacto en el precio de las materias primas.


Acerca del Índice de Clima de Negocios® (ICN)

El ICN es un indicador macroeconómico, no una encuesta. Mide y cuantifica un conjunto de variables que, combinadas entre sí, representan las condiciones que facilitan o complican la actividad empresarial e impactan, en consecuencia, en la toma de decisiones de inversión productiva y definen el nivel de actividad económica. Es eficaz, por cuanto se anticipa al comportamiento de ambas situaciones, tanto a la baja como a las recuperaciones. Se compone de dos subíndices que miden: a) la Rentabilidad Empresarial (IRE), reflejo de las condiciones presentes y b) el Clima Esperado (ICE), indicando percepciones de la situación futura.

Más información:
Escuela de Posgrado en Negocios
Zabala 1837, 7mo Piso, Capital Federal
Email: unidad.servicios@ub.edu.ar

domingo, 3 de febrero de 2013

 2013

















La inflacion en dolares, limitan la produccion agropecuaria‏.

El sector agropecuario debe asumir que en el actual contexto económico, todo reclamo sectorial carece de viabilidad si antes no hay una corrección de las políticas macro. 
Publicado el 21/01/2013 en Columnas 
Buenos Aires, 21 enero. 
Por:
Arturo Navarro*
El sector agropecuario debe asumir que en el actual contexto económico, todo reclamo sectorial carece de viabilidad si antes no hay una corrección de las políticas macro.
Por lo tanto, fue muy oportuna la decisión de las entidades agropecuarias de hacer una nueva apuesta a la tranquilidad social del país, postergando una medida de fuerza sectorial, para dar lugar al diálogo, que sigue siendo la única manera para poder encontrar soluciones viables a la difícil situación del país.
Pero para producir los cambios generales que necesitamos, primero es necesario que todos asumamos el estado de la actual situación económica y social.
Después se podrán hacer las propuestas mínimas sectoriales para la coyuntura con el fin de aumentar las producciones y las exportaciones, y poder frenar la inflación que se está haciendo crónica y pegando muy fuerte al conjunto de la sociedad, especialmente en los pobres, que representan el 25% de población, porque la suba de los alimentos holgadamente está arriba del 26% promedio de la inflación anual del 2012.
El cepo cambiario se tuvo que implementar por las limitaciones discrecionales a las producciones y exportaciones del sector agropecuario y agroindustrial. Se le puso un cepo al único sector que le genera dólares genuinos.
Los derechos de exportación demostraron que no limitan la suba de los alimentos y sacan competitividad para poder exportar.
La política cambiaria y la inflación resultantes son consecuencia directa de esta misma política.
Al sector, especialmente en las economías regionales y más alejadas de los grandes centros de consumo y de los puertos, no le alcanza actualmente con la eliminación de las retenciones para mejorar su política cambiaria.
Necesita, como todos los otros sectores de la economía, un dólar efectivo que sea competitivo con el mundo para poder exportar e importar.
Los cambios múltiples terminan siempre con brechas cambiaras que provocan decisiones muy traumáticas para el conjunto de la sociedad.
Al terminar el 2012, en un trabajo realizado por CREA por encargo de la Comisión de Enlace, se demostró que el sector agropecuario invirtió en el ciclo 2011-2012 un importe de 236.317 millones de pesos, representando un 27% más, que fue el aumento de la inflación, si lo comparamos con la campaña anterior de 185.715 millones.
La pregunta que dejó el trabajo: ¨¿Cuánto más podrían haber sido la inversión, producción y exportación, si el gobierno acompañara al sector?
En tanto, la respuesta a esta pregunta estaría en el trabajo "La demanda mundial de alimentos 2010-2020", de Juan Jose Llach para la Fundación Producir Conservando, en el cual afirmó que por restricciones cuantitativas, proteccionismos discrecionales y costo de oportunidad, el sector agropecuario y agroindustrial dejó de percibir en esta gestión de gobierno más 20.000 millones de dolares de producción y 15.000 de exportaciones.
¨Cuál sería el objetivo inmediato del sector agropecuario para terminar con el cepo cambiario y la inflación?
Aumentar las inversiones, las fuentes de trabajo, las producciones y las transformaciones, para incrementar las exportaciones con valor agregado a todos los mercados del mundo y de esa forma abastecer mejor el consumo interno.
¿¨El ejemplo a imitar? 
El de los emprendedores que motorizan diferentes clusters regionales en todo el país. 
Ellos logran integrar eficientemente las producciones y rompen la dinámica de la expulsión territorial de los trabajadores.
Relativizaron el costo del flete transformando la materia prima en origen y agregando valor a lo transportado: este es el ejemplo a imitar y a generalizar en el país.
Se trata solamente de poner al complejo agroindustrial -el más eficiente y competitivo del país-, en igualdad de condiciones con los otros sectores de la economía. Y de integrarlo en un proyecto nacional basado en valores fundamentales y con objetivos económicos generales y sectoriales.
No es tan difícil, si hay voluntad de cambiar. 
Con sentido común se lo puede hacer rápidamente porque el mundo nos sigue esperando ya que nos necesita como país productor de alimentos.
Hay que dejar atrás los enfrentamientos del pasado y las ideologías cuando se discute cómo aumentar las producciones.
Se debe asumir que la actividad privada y los emprendedores son los únicos que generan las riquezas de un país, siempre que estén acompañados por un Estado que cumple con todas las funciones indelegables y con pleno funcionamiento la división de poderes.