viernes, 25 de enero de 2013

2013






Preocupación por la creación de una tasa que grava la comercialización de envases en Tigre.
La Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios-COPAL
El aumento de los impuestos vigentes o la creación de nuevos gravámenes como el señalado, provocan un significativo problema de competitividad para la industria de alimentos y bebidas como consecuencia del incremento de la presión tributaria que viene registrando este sector. Además, generan un impacto en los precios de los productos, la gran mayoría de consumo masivo, como son los alimentos.En materia de gestión ambiental,COPAL, ha manifestado en reiteradas oportunidades la necesidad de contar con una Ley Nacional que regule la disposición y el tratamiento de los envases y embalajes, atendiendo, entre otros principios, a neutralizar, reducir o minimizar impactos al medio ambiente. De esta manera, se contaría con un marco legal homogéneo para todo el país, evitando que cada jurisdicción decida unilateralmente la creación de tasas o impuestos a la comercialización de estos productos
En otros países, existen normas que permiten quitar de la corriente de residuos sólidos domiciliarios a todos los envases y embalajes para su reciclado y posterior conversión en nuevos productos.
Actualmente en el ámbito del Congreso Nacional, se está analizando un proyecto superador, al que la industria de alimentos y bebidas adhiere, esperando que en esta oportunidad el país pueda contar con una Ley de Envases y Embalajes, que permita alcanzar niveles de recuperación de materiales, similares al de los países más desarrollados.

Problema generalizado.

La creación de tasas municipales es una tendencia que se está generalizando y se suma al aumento en ingresos brutos que han realizado algunas provincias para el presente año fiscal. Esta situación lleva la presión fiscal a límites insostenibles.
Inclusive, algunos municipios desvirtuaron las normas vigentes, forzando su interpretación, para continuar exigiendo el cobro de esas tasas más allá de su poder tributario. Un ejemplo de esta realidad es la Tasa de Publicidad Interior, que según un relevamiento de la Cámara Argentina de Anunciantes ya la cobran 137 municipios.
Para mayor información, contactar a :
Mercedes Manfroni.
Jefa de Prensa de Copal, 
(011) 15-3195-4479.
www.copal.org.ar
Acerca de COPAL.

COPAL es una entidad que reúne a 34 cámaras industriales y más de 2000 empresas de alimentos procesados y bebidas.Este sector representa el 25% del PBI industrial y el 28% de los puestos de trabajo manufactureros. 
Las exportaciones argentinas de la industria de alimentos y bebidas equivalen al 34% de las ventas al exterior del país. 

martes, 15 de enero de 2013

2013

Impacto 

de la acción cooperativa
a nivel local .



Por :

(*)Eduardo     

H. Fontenla.


En aquellos lugares donde hay trabajo generado en forma cooperativa, a los pueblos les va mejor y la distribución de la riqueza es más equitativa.
En los lugares donde actúan este tipo de entidades, hay más desarrollo socio-territorial, más empleo digno y los jóvenes tienen mejores oportunidades productivas y laborales para quedarse en los lugares que origen donde, en general, donde quieren vivir.
Las acciones de las cooperativas benefician principalmente a sus asociados, pero a su vez, elevan el nivel de vida de las comunidades y de la región. 

Las cooperativas agropecuarias, con su presencia, marcan pautas al mercado y lo hacen más transparente. 

Este servicio o bien intangible de su accionar no sólo favorece al productor asociado. 
También, impacta, beneficia y es tomado como referencia por todos los productores de la región. Las cooperativas constituyen un instrumento- organización que permite resolver necesidades que individualmente no se pueden solucionar o que implican mayores costos. 
Emplean una lógica empresaria que permite defenderse, funcionar y actuar en el mercado en condiciones de grande a aquellos que tienen recursos o escala de pequeñas y/o medianas dimensiones. 
Es decir, permite a los pequeños funcionar en el mercado como grandes. 
Tienen una preferencia por los productores de pequeñas y medianas dimensiones o pymes, lo que no significa una antinomia con las empresas de grandes dimensiones económicas, sino una oportunidad e igualdad de trato para consolidación y desarrollo de la agricultura familiar. 
Es decir, distintas realidades y necesidades pueden coexistir en un ambiente organizacional que toma la diversidad para promover soluciones originales solidarias, equitativas e inclusivas. 
La unidad se logra por la aceptación de los valores y principios y no significa uniformidad. 
Para esto es imprescindible mantener la integridad, entendida como la coherencia entre los postulados y los actos. 
La falta de integridad es detectada rápidamente y abre la puerta al escepticismo, un componente destructivo del las empresas cooperativas. 
Por lo tanto, no es necesario pensar igual para poder trabajar juntos y asociativamente 
Las cooperativas tienen un fuerte anclaje e identidad local porque responden a necesidades concretas de las personas participantes, a la cultura y a las especificidades propias del sistema productivo de la región, a la par de tener una cercanía cotidiana con sus asociados. 
También, están radicadas y prestan servicios en localidades o regiones donde a los grandes grupos económicos no les resulta rentable o nos les interesa. 
Hoy las cooperativas agropecuarias son una opción de futuro para el agregado de valor en origen, lo más cerca posible de la producción primaria o del lote, frente al agregado de valor en destino. 
Debemos alertar sobre la situación de los productores de pequeñas y medianas dimensiones frente a una industria concentrada en pocas manos, que le saca previsibilidad al productor, lo torna excesivamente dependiente y lo convierte en mano de obra barata, sin capacidad de decisión. 
Aquí la estrategia de concentración es ahogarlo, pero no eliminarlo. 
Porque si se lo elimina al productor aumentan los costos de las empresas integradoras. 
Un proceso usual de estas prácticas lo encontramos en la producción e industria avícola. 
En el interior de la Argentina podemos citar muchos casos de integración en que las cooperativas realizan procesos agroindustriales y/o agroalimentarios exitosos que generan un importante desarrollo a nivel local, incluyen y le permiten al productor participar tanto en los beneficios de la cadena, como de los excedentes vía los retornos cooperativos según la operatoria realizada. 
Un ejemplo, entre varios que se pueden citar, es la fábrica aceitera de Agricultores Federados Argentinos Coop. Ltda., (AFA) una cooperativa de primer grado de prolongada trayectoria, con sede central en la ciudad de Rosario, que tiene su planta procesadora de aceites en la localidad de Los Cardos, en la provincia de Santa Fe. 
 Esta planta, a la par de beneficiar al productor, es una oportunidad de empleo permanente y buena remuneración para 51 personas que viven en pequeños pueblos. 
A su vez favorece el trabajo y el arraigo de jóvenes con mano de obra especializada, ya que hoy en su mayoría, los técnicos de la planta extractora de aceites y harinas de la cooperativa son egresados de las escuelas e institutos técnicos de la región. Aquí el rol de una buena escuela es clave para el arraigo con movilidad ascendente e inclusión social. 
Estos son los modelos de desarrollo que necesitamos pensar en profundidad, construir y multiplicar. 
Si no, esos jóvenes egresados de las escuelas técnicas tienen que migrar a otras ciudades porque no tiene posibilidad de empleo a nivel local/regional y así se pierden los mejores talentos para la región. 
A su vez, las formas asociativas cooperativas y de trabajo son una especie de paraguas para los jóvenes en desventaja socioeconómica que quieren emprender y aumentar la empresarialidad en la nueva ruralidad, ya que favorecen el arraigo por falta de oportunidades o por pequeña escala productiva y por ende contribuyen a ocupar mejor el territorio. 
Esta práctica asociativa no sólo se da en el sector agropecuario, sino está presente en todas las ramas de la economía. 
Hoy muchos pueblos y pequeñas ciudades poseen servicios eficaces, eficientes e inclusivos por el accionar de las empresas cooperativas. 
Un sector vinculado con la ruralidad es la prestación del servicio eléctrico mayoritariamente en manos de cooperativas de electricidad. 
Por ejemplo la Cooperativa de Electricidad Ltda. de Tornquist, mantiene el tendido de 900 km de líneas rurales para brindar el servicio eléctrico a 300 asociados de la zona rural y mantiene 20 km de línea para atender el mejor vivir de un sólo asociado y de su familia que vive en un puesto de campo, con un consumo aproximado de 100 KW, sin lugar a dudas esta acción es un aporte a un mejor vivir de las personas en el sector rural. 
Por otro lado, en cuanto a los programas de capacitación, formación y asistencia técnica, las cooperativas no solamente favorecen la promoción de sus asociados y grupo familiar, sino también, tienen un fuerte compromiso con sus comunidades, compromiso que es parte de los principios que orientan la acción de todas las cooperativas. 
Con este trabajo de formación y asistencia técnica las cooperativas achican la brecha tecnológica entre los productores de pequeñas y grandes dimensiones empresarias. 
Otro importante componente a destacar es su contribución a los programas desarrollo local interinstitucionales e intersectoriales, que combinan competitividad con sustentabilidad social y ambiental. 
 Aquí la participación de las cooperativas como actores y agentes u “organizaciones llaves” de dichos procesos, es efectivamente dinamizadora. Por ejemplo, en Justiniano Posse – Provincia de Córdoba– y en Villa Elisa – Provincia de Entre Ríos– existen experiencias de trabajo articulado público-privado, respetando autonomías que han permitido impulsar proyectos de desarrollo local desde una visión compartida a favor de bien común. 
En todos estos procesos los intendentes o los presidentes comunales del interior tienen la responsabilidad de promover la economía solidaria, para favorecer el desarrollo de base local con equidad, inclusión y reparto equitativo de la riqueza. 
El desarrollo local y la economía solidaria no necesitan un Estado protector o empresarial, pero sí requieren de un Estado que garantice igualdad de oportunidades y de trato. 
Definitivamente, en los lugares donde funcionan bien las cooperativas se vive mejor y también se resuelven mejor las crisis donde hay diseño y acciones en favor del desarrollo local 
Para darle visibilidad a esta forma de hacer economía, la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamó el pasado año 2012 como “Año Internacional de las Cooperativas” resaltando la contribución de las cooperativas al desarrollo económico, social y al cuidado del medio ambiente, así como a la reducción de la pobreza, la creación de empleos y la integración social. 
Producto del trabajo realizado la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) lanzó un ambicioso proyecto para sostener, profundizar y reforzar los logros alcanzados por el movimiento cooperativo en el 2012, denominado “década cooperativa”. 
El desafío es que el modelo empresarial cooperativo como uno de los ejes de la economía solidaria, se consolide como propuestas para mejorar el buen vivir de la mayoría de la personas y aumente su contribución al desarrollo local y regional. 
El autor:
(*) Nació en Sancti Spíritu, Provincia de Santa Fe.

Licenciado en Cooperativismo y Mutualismo y Licenciado en Ciencia Política y Gobierno
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Buen Dia Noticia le da la bienvenida a un nuevo interlocutor, un señor, licenciado, que desde estas 
simples colunnas de divulgación, nos permite llevar información clara, precisa y concisa, sobre temas, que no siempre son lo suficientemente conocidos, como para poder entender lo que le pasa a los argentinos en tiempos de desencuentros políticos como los actuales.
Ver en buendianoticia9.blogspot.com  las notas
de Federación Agraria Argentina, publicadas hoy.
El Director.

domingo, 13 de enero de 2013