miércoles, 3 de agosto de 2011

Y . . . La Ética ¿Donde está? . . . Por la Justicia no pregunto . . . Pero . . . ¿No es más de lo mismo?

Manzana podrida en la Corte de 
Cristina.

Posted: 02 Aug 2011 06:26 PM PDT.

Un juez de la Corte no puede ser dueño de prostíbulos. 
Un juez de la Corte que alquila departamentos para prostíbulos sea porque adora el negocio o porque fue engañado como un pelotudo por la inmobiliaria, por desidia, por imbécil o por casualidad, debe dejar su cargo. 
Eso está claro para cualquier ser racional, en cualquier lugar del mundo cualquiera sea su edad, salvo en el país malsano de sátrapas y tibios que nos deja el kirchnerismo como última etapa de la degradación nacional.
No tengo nada contra los prostíbulos ni contra proveedores ni contra clientes, es un negocio mucho más honesto que el de la política desde el momento en que no se sustenta con impuestos sino en convenios privados. Pero, o se es empresario de la prostitución (o un incauto al que todos lo engañan), o se es juez de la Corte Suprema. Nada hay que argumentar acá, salvo para el señor Hermes Binner que cree que a Zaffaroni lo alcanza una aureola especial por su condición de izquierdista,
y una tal asociación de abogados de derecho penal que manifiestan sin vergüenza la falta total de responsabilidad del juez por ser una persona genial, es decir por un fuero personal que lo alcanza y lo hace libre de todo pecado.                                                       Ninguna prostituta esgrime una falacia de ese calibre. 
Ya no se les puede pedir otra cosa a los protagonistas de esta Argentina más que sean dignos de aparecer en el rubro 59.Por cierto las apariciones públicas de Zaffaroni para explicar, sin explicar, su situación en los programas kirchneristas de Víctor Hugo Morales y en Radio Nacional no hacen más que demostrar que tiene cosas para esconder y que requiere para su defensa del aparato propagandístico nazi del oficialismo.
En este país (si, no digo “mi país”, lo desconozco) todo se pudre mientras las mayorías y la mayor parte de las minorías miran, no entienden, no hablan jamás claro, dejan todo en la indefinición y se dejan convencer por las estupideces más inverosímiles.
Extractado de  "No me parece". José Benegas.