jueves, 24 de mayo de 2012

Roberto Cachanosky




Publicada 24/05/2012
Opinión / Roberto Cachanosky
Pesificación de facto


Si bien las causas son diferentes, hoy hay
una pesificación de facto como en el  2002.
En ese momento el Estado se quedó con los dólares y la gente con los pesos. Ahora pasa lo mismo.
El Estado se queda con los dólares y la gente con los pesos.
En 2002, luego del corralito, el gobierno decidió pesificar los depósitos en dólares.
En ese momento la corrida bancaria llevaba
a que la gente retirara sus depósitos de los bancos para guardar los dólares en las cajas de seguridad por miedo a una confiscación. Lo concreto es que llegado un punto, el gobierno decidió pesificar los depósitos a
$ 1,40 con lo cual el gobierno se quedó con los pocos dólares que tenía el BCRA y la gente se quedó con los pesos.
Hoy el gobierno también tiene un problema de dólares.
Le faltan dólares para hacer frente a los compromisos de deuda, pagar las importaciones, para que las empresas giren sus utilidades y dividendos y para que aquellos que quieren defenderse de la inflación compren dólares, que por cierto no es un pecado. Cuando alguien compra dólares defiende sus ahorros de un peso que se deprecia constantemente. No está traficando droga, ejerciendo la trata de mujeres, vendiendo armas en el mercado negro o contratando sicarios. Solo compra dólares en defensa de sus ahorros y eso el gobierno pretende mostrarlo como un ataque al modelo, cuando en realidad es el modelo el que con su política inflacionaria ataque los ingresos y los ahorros de la gente.
En su ensayo La Ley, Bastiat distingue entre el robo liso y llano y el robo legalizado. El robo y llano es cuando un ladrón entra en mi casa y me roba. El robo legalizado se produce cuando el gobierno, usando el monopolio de la fuerza, aplica normas o leyes que violan el derecho de propiedad. Dice Bastiat que el Estado no puede hacer aquello que si lo hiciera un privado constituiría un delito. Supongamos que un panadero hace un pan de muy mala calidad y la gente no le compra el pan a él sino al panadero de la otra cuadra porque es de mejor calidad. ¿No constituiría un delito que el primer panadero saliera con un arma para obligar a la gente a comprar su pan de mala calidad y prohibirle que compre el pan de su competidor?
Bien, con la moneda pasa lo mismo. El peso que emite el BCRA es de mala calidad porque pierde valor constantemente por la emisión monetaria, por eso la gente compra dólares. La gente prefiere la mercadería dólar a la mercadería pesos. Así de sencillo. ¿Qué hace el gobierno frente a esta situación? Actúa igual que el panadero que hace pan de mala calidad. Usa el monopolio de la fuerza para que la gente no pueda comprar dólares y tenga que usar el peso.
Como la gente quiere el dólar y no el peso, y el gobierno quiere quedarse con los dólares, nos encontramos en una situación similar a la del 2002. No digo igual, digo similar. En ese momento el gobierno dijo; los dólares me los quedo yo, Uds. se quedan con los pesos.
Hoy el gobierno dice algo parecido. Los dólares me los quedo yo y Uds. se quedan con los pesos. Es una pesificación de facto. Por la fuerza se obliga a la gente a quedarse con una moneda que se deprecia y el que quiere defender sus ahorros pasa a ser una especie de delincuente.
En el 2002 faltaban dólares para enfrentar la corrida cambiaria. Hoy faltan dólares para pagar importaciones, deuda, utilidades y dividendos, etc. Las causas para obligar a la gente a quedarse con los pesos son diferentes, pero los efectos son los mismos: tanto en el 2002 como ahora, hay una pesificación de facto.